La Tierra refleja parte de la radiación que recibe del Sol a través de tres actores principales: la atmósfera, las nubes y la superficie terrestre. La radiación reflejada por esta superficie terrestre es el ALBEDO. Así pues, podemos decir que el albedo es la cantidad de radiación solar que es devuelta a la atmósfera tras chocar con la superficie terrestre.
La variación de albedo, es decir, la distinta cantidad de luz que es reflejada o absorbida se debe al color de la superficie que recibe los rayos. Dicha variación da lugar a dos efectos principales: el refrigerante o de enfriamiento (cuando la luz es reflejada) y el de calentamiento (cuando la luz es absorbida). Así, las zonas cercanas a los polos tienen un albedo alto, porque el hielo y la nieve reflejan la radiación solar. Sin embargo, los bosques tienen un albedo bajo, porque el color oscuro de las copas de sus árboles hace que la radiación sea absorbida, contribuyendo al calentamiento global.
En los pueblos andaluces es muy típico pintar las casas de color blanco porque, de este modo, el albedo es alto, con lo que se consigue reflejar la luz y el calor recibido que, sobre todo, en verano es mucho. Así se consigue regular el calor y mantener los hogares a temperaturas inferiores al exterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario